martes, 14 de junio de 2011

Perseo

Perseo era hijo de una mujer mortal, Dánae, y del gran dios Zeus, el rey de cielo. El padre de Dánae, el rey Acrisio, había sabido por un oráculo que algún día su nieto lo mataría y, aterrorizado, apresó a su hija y expulsó a todos sus pretendientes. Pero Zeus era un dios y quería a su hija Dánae. Entró en la prisión disfrazado de aguacero de lluvia de oro, y el resultado de su unión fue Perseo. Al descubrir Acrisio que, a pesar de sus precauciones, tenía un nieto, metió a Dánae y a su hijo en un arcón de madera y lo arrojó al mar, esperando que se ahogaran.

Pero Zeus envió vientos suaves para que empujaran a madre e hijo a través del mar hasta la orilla. El arcón llegó a tierra en una isla donde lo encontró un pescador. El rey que gobernaba en la isla recibió a Dánae y a Perseo y les ofreció refugio. Perseo creció allí fuerte y valiente, y cuando su madre se sintió incómoda por las insinuaciones que no deseaba del rey, el joven aceptó el desafío que lanzó este molesto pretendiente. El desafío consistía en traerle la cabeza de la Medusa Gorgona.

Perseo no aceptó esta peligrosa misión porque deseara adquirir gloria personal, sino porque amaba a su madre y estaba dispuesto a arries­gar su vida para protegerla.

La Medusa Gorgona era tan horrorosa que sólo con mirarle a la cara con­vertía en piedra al observador. Perseo necesitaba la ayuda de los dioses para ven­cerla; y Zeus, su padre, se aseguró de que le ofrecieran esa asistencia. Hades, el rey del inframundo, le prestó un casco que hacía invisible al portador; Hermes, el Mensajero divino, lo proveyó de sandalias aladas, y Atenea le dio la espada y un escudo especial pulido con tanto brillo que servía como espejo. Con este escu­do, Perseo pudo ver el reflejo de Medusa, y de ese modo le cortó la cabeza sin mirar directamente a su horrible rostro.

Con esta cabeza monstruosa, convenientemente oculta en una bolsa, volvió para casa. Durante el viaje vio a una doncella hermosa encadenada a una roca que había en la playa, esperando la muerte a manos de un terrible mons­truo marino. Supo que se llamaba Andrómeda y que la estaban sacrificando al monstruo porque su madre había ofendido a los dioses. Conmovido por su situación y por su hermosura, Perseo se enamoró de ella y la liberó, convirtiendo al monstruo en piedra con la cabeza de la Medusa Gorgona. Después, regresó con Andrómeda para presentársela a su madre que, en su ausencia, se había sentido muy atormentada por las insinuaciones del malvado rey, hasta el punto que, desesperada, tuvo que buscar refugio en el templo de Atenea.

Una vez más, Perseo sostuvo en el aire la cabeza de la Medusa, convirtiendo en piedras a todos los enemigos de su madre. Después le entregó la cabeza a Atenea, que la montó en su escudo, con lo que en adelante se con­virtió en su emblema. También devolvió los otros dones a los dioses que se los habían dado.

Andrómeda y él vivieron en paz y armonía desde entonces y tuvieron muchos hijos. Su único pesar fue que, cierto día, mientras tomaban parte en unos juegos atléticos, lanzó un disco que llegó demasiado lejos impul­sado por una ráfaga de viento, y accidentalmente golpeó y mató a un anciano. Este hombre era Acrisio, el abuelo de Perseo. Al final, de esta forma se cumplió el oráculo que el difunto anciano tanto se había esforzado por evitar. Pero en Perseo no había ningún espíritu de rencor ni de venganza y, debido a esta muerte accidental, no quiso seguir gobernando su legítimo reino. En con­secuencia, intercambió los reinos con su vecino, el rey Argos, y construyó para sí una ciudad poderosa, Micenas, en la que vivió largo tiempo con su familia en amor y honor.

miércoles, 11 de mayo de 2011

LAS LUCHAS DE GLADIADORES

ORIGEN Y EVOLUCIÓN: Aparecieron en Roma para honrar la memoria de algún familiar difunto. El primer combate lo ofrecieron los hijos de Junio Bruto en el s.III a.C., que hicieron luchar a tres parejas de esclavos en el Foro para honrar la memoria de su padre. Después se perdió su significado ritual. Al principio el espectáculo lo pagaban los particulares pero los políticos recurrieron a ellos para aumentar su popularidad y obtener votos en las elecciones. Al final los espectáculos más importantes los ofrecían los emperadores para aumentar su prestigio.
Hasta el s.I a.C. los combates se celebraban en el circo, en el Foro o en algún lugar acondicionado para ello, pero desde entonces se construyeron anfiteatros.
Los luchadores se llamaban gladiadores y podían enfrentarse entre sí uno contra uno, por parejas o por grupos. Antes de empezar el espectáculo, desfilaban dando una vuelta al recinto y, al llegar a la tribuna donde se encontraba el emperador, le dirigían este saludo: Ave, Caesar, morituri te salutant (Salud, César, los que van a morir te saludan)
CLASES DE GLADIADORES: Había varias categorías, según las armas con las que compitieran: los retiarii(una red con plomos colgantes, un tridente y un puñal) los secutores(casco, escudo y espada, solían luchar contra los retiarii), los mirmillones(con armas pesadas: casco, coraza, escudo y puñal), los essedarii(iban en carros conducidos por aurigas) .Incluso en alguna ocasión llegaron a luchar mujeres gladiadoras
Cuando un gladiador era derrotado, el presidente de los juegos, según la opinión del público, bajaba la palma y eso era señal de que el vencido conservaba la vida o levantaba el pulgar y entonces el ganador daba muerte al vencido. El vencedor era premiado con una palma con la que daba la vuelta al anfiteatro. Quien conseguía la libertad después de vencer en muchos combates, obtenía una espada de madera
ORGANIZACIÓN Y RECLUTAMIENTO: la organización era muy compleja, pues hubo sesiones en que llegaron a intervenir 2000 hombres. Para reclutar a los luchadores se recurría a la escuela de gladiadores: extensos complejos deportivos con salas de entrenamiento, almacenes, fraguas donde se fabricaban armas, con muchas personas empleadas como armeros, entrenadores, médicos. Había muchas escuelas de gladiadores y algunas tuvieron gran fama. El encargado de dirigir y administrar la escuela de gladiadores era el lanista.
Se reclutaban entre esclavos, condenados a muerte o a trabajos (que podían recobrar la libertad si se portaban valientemente en la arena); había también algunos hombres libres, amantes de sensaciones fuertes, atraídos por la popularidad o por la posibilidad de hacerse ricos). Al inscribirse prestaban juramento ante una autoridad (el tribuno de la plebe) y, una vez firmado el contrato, pasaban durísimas pruebas antes de ser admitidos en la escuela. Una vez admitidos se entrenaban muy duramente pero eran muy bien cuidados y alimentados; la víspera de un combate se les ofrecía una cena especial en un lugar público.
OTRAS CLASES DE LUCHAS: había otras clases de luchas como:
Las venationes: participaban animales; al principio eran simplemente exhibiciones de animales desconocidos en Roma como jirafas, hipopótamos, tigres de Asia, etc; después formaban parte de la lucha de varias maneras: luchas de fieras entre sí, azuzándolas de diversas maneras; fieras contra hombres y por último hombres arrojados a las fieras (desertores del ejército, esclavos condenados a muerte o cristianos según la época) a los que a veces disfrazaban de Orfeo, Hércules o Dédalo para burlarse.
Las naumaquias: reproducciones de batallas navales; se llenaba la arena de agua, se traían barcos y se hacían combates navales donde el número de muertos podía contarse a centenares. Las naumaquias eran muy raras porque eran muy costosas y a partir del s.II no se tienen noticias de ninguna.
EL ANFITEATRO – EL EDIFICIO
Recuerda a dos teatros unidos. Su tamaño era muy variable; los anfiteatros normales tenían una cabida de unos 10.000 espectadores, pero en el caso del Coliseo de Roma su capacidad era de más de 50.000 espectadores. La entrada era muy barata o gratuita y los espectadores disponían de una entrada de piedra numerada que les indicaba exactamente cuál era su asiento. Consta de:
FOSSAE-SUBTERRÁNEO: construcciones debajo de la arena para guardar los decorados, las jaulas de las fieras. Están ocultas al público y cubiertas por grandes tablones encima de los cuales se ponía la arena.
LA ARENA: donde se realizaban los combates; desde las fosas podía haber salidas móviles por donde aparecían repentinamente las fieras o los gladiadores; durante el espectáculo frecuentemente se ponían en ella decorados. A su alrededor hay una reja metálica o un muro de piedra para proteger al público de las fieras. Entre la reja y los espectadores había un pasillo, semejante al actual burladero de las plazas de toros, por donde iban los ayudantes.
PODIUM: muro elevado donde empezaban las gradas; medía unos cuatro metros y protegía al público de los avatares que sucedían en la arena
CAVEA-GRADAS: construidas encima de galerías abovedadas, están divididas por sectores para colocar a los espectadores según su importancia social: ima cavea(parte inferior para los personajes más importantes, en general tres hileras), media cavea(zona intermedia para ciudadanos pudientes, constaba de unas 9 hileras) y la summa cavea(la más numerosa destinada a la plebe); a veces en la parte superior había un
PÓRTICO donde se podía refugiar el público en caso de lluvia. Entre cada una de las zonas había un pasillo y un muro (balteus) que impedía el paso de una zona a otra y facilitaba la comunicación entre los asientos de la misma zona
VOMITORIA: pasillos que iban desde las bóvedas a las gradas. Servían para llenar y vaciar con rapidez el edificio
PULPITUM-PALCO DE AUTORIDADES: en el eje menor de la arena para ver mejor el espectáculo; destinado a las autoridades superiores y a los que sufragaban los juegos
VELUM-TOLDO: en la parte superior había unas estructuras de madera que permitían la colocación de un gran toldo para proteger del sol a los espectadores; para colocarlo eran necesarios muchos hombres (en el Coliseo 100)
FACHADA: Está construida con grandes hileras de arcos, colocados unos encima de otros; este tipo de construcción además de su belleza exterior permitía la ventilación del interior del edificio.
PUERTAS: las puertas que daban a la arena eran dos: la porta triumphalis por donde entraban los combatientes al principio del espectáculo y la porta libitinensis por donde sacaban a los gladiadores muertos en combate

martes, 15 de febrero de 2011

jueves, 16 de diciembre de 2010

miércoles, 27 de octubre de 2010